Este artículo analiza la evolución de la cooperación triangular (CT) medioambiental en América Latina (2007–2023) como espacio político donde se negocian autonomía regional y nuevas formas de gobernanza multinivel. A partir de una sistematización longitudinal basada en los informes de la SEGIB, se identifican cuatro sectores prioritarios —biodiversidad, gestión de desastres, residuos y cambio climático— y patrones que muestran tanto expansión institucional como concentración geográfica de roles. El argumento central sostiene que la CT constituye un instrumento con potencial para fortalecer la autonomía relacional latinoamericana, al permitir el ejercicio de funciones de intermediación y liderazgo por parte de países del Sur Global; pero dicho potencial se ve limitado por asimetrías persistentes en la definición de prioridades, recursos y beneficios, así como por una marcada jerarquía intrarregional entre un pequeño grupo de primeros oferentes y el resto de países receptores. Asimismo, la CT ambiental articula niveles locales, nacionales, regionales y globales, consolidándose como modalidad relevante de gobernanza multinivel, aunque con tensiones entre principios declarados de horizontalidad y prácticas efectivas. Se concluye que la CT ambiental constituye una arena estratégica desde la cual América Latina puede proyectar capacidades, narrativas y activos socioambientales, siempre que fortalezca la coordinación regional, amplíe actores involucrados y dispute el contenido normativo de la sostenibilidad en un contexto de crisis climática.