La Unión Europea y la crisis de Irak
Resumen
La importancia de la crisis de Irak, más allá del conflicto mismo, radica en sus alcances. Ella cuestionó el funcionamiento y la existencia misma de instituciones y pilares fundamentales del orden internacional. La discusión abarcó numerosos órganos y organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas, además de un gran número de organizaciones no gubernamentales, conmocionando a la opinión pública mundial. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se vio superado, tanto por la división de sus miembros, como por la voluntad declarada de los Estados Unidos de actuar, incluso al margen de éste, para llevar a cabo sus propósitos. La Organización del Tratado del Atlántico Norte dio cuenta de una fisura en la relación transatlántica. La Unión Europea experimentó, también, esta división. Sus miembros adoptaron posturas contrapuestas en los diferentes foros e irreconciliables. La comunidad de intereses se desarticuló, agravándose debido a que los futuros miembros, en especial los provenientes del antiguo bloque soviético, apoyaron firmemente la postura estadounidense. Se sembraron serias dudas sobre la realización del proyecto de civilización que encierra la construcción europea. Se apreció la carencia de una política exterior común europea en materias de seguridad y defensa y la Unión se vio obligada a guardar silencio respecto del tema de la guerra y la paz.