El ferrocarril Transandino, que corrió entre Los Andes (Chile) y Mendoza (Argentina) se concibió en la década de 1870 para inaugurarse en 1910, debido básicamente a que los términos de las concesiones no eran suficiente aliciente para los posibles inversionistas. Una vez puesto en servicio se probó que las dudas de los banqueros eran justificadas, y el Ferrocarril nunca fue comercialmente rentable, no solo por dificultades operativas y climáticas, sino también institucionales. Para evitar la paralización de los trenes una vez vencidas las garantías gubernamentales de rentabilidad mínima, ambas empresas fueron estatizadas, pero en el decenio de 1980 no dieron más sustento al Ferrocarril; los últimos trenes circularon en 1984. A pesar de ello, 20 años después los gobiernos de ambos países anunciaron la licitación de la reconstrucción del Ferrocarril Transandino, en circunstancias que las perspectivas de rentabilidad no parecen mejores que cien años antes.
Palabras clave:
Chile, Argentina, Ferrocarril Transandino, Rentabilidad, Conectividad Internacional
Biografía del autor/a
Ian Thomson
B.A. en economía y estadística de la Universidad de Manchester, Reino Unido; jefe de la Unidad de Transporte. CEPAL; autor de numerosos estudios sobre ferrocarriles y colaborador de revistas internacionales en el área del transporte.
Thomson, I. (2005). El ferrocarril transandino : un desastre financiero de cien años que todavía atrae a los inversores. Estudios Internacionales, 38(148), p. 39–54. https://doi.org/10.5354/0719-3769.2005.14423